Evidentemente una de las principales ventajas de virtualizar un servidos es que tenemos la posibilidad de alojar diversos sitios web en un mismo lugar, o implementar diversas aplicaciones, con el consiguiente ahorro, principalmente de tiempo.
Para ello podemos optar por diversas opciones, como ya indicábamos en la anterior entrada, pero lo más importante es tener claro si vamos a instalar diversos sistemas operativos o solo Linux.
Esto es importante por cuanto podemos contratar un servidor virtual y encontrarnos que solo admita un sistema operativo Linux, debido a que la división del servidor ha sido realizada de una forma que se llama “paravirtual”.
¿Cual es la diferencia entre una división virtual y una paravirtual?
Primero cabe tener clara la diferencia entre un servidor dedicado y uno virtual. Mientras que un servidor dedicado significa la contratación de una máquina física, es decir, completa, con su disco duro, su memoria, su cpu, etc…, un servidor virtual es un espacio dentro de esta misma máquina, que puede estar compartido con otros, sin nosotros saberlo.
Para realizar esta división de un servidor completo en varios servidores menores se debe utilizar un software especial, del que también hablamos en la anterior entrada. Estos programas, en su mayoría, a la hora de dividir el servidor, ofrecen la posibilidad de virtualizarlo o “paravirtualizarlo”.
Un servidor que ha sido dividido en formato virtual completo significa que cada uno de los nuevos servidores que conforman la división no comparten nada con el servidor padre o principal, teniendo cada uno de ellos sus propios recursos. Esto conlleva una pequeña pérdida de rendimiento, pero nos permite instalar cualquier sistema operativo en cada uno de ellos.
Un servidor que ha sido dividido en formato “paravirtual”, conlleva un rendimiento más efectivo, ya que cada uno de los servidores comparte el “Kernel” con el servidor padre, es decir, el corazón del sistema operativo. El inconveniente es que, precisamente por esto, en los servidores parciales no se puede utilizar otro sistema operativo, y, de momento, solo es posible la paravirtualización con el sistema Linux.
Si contratamos un servidor dedicado no hay problema, ya que lo divideremos nosotros mismos, en función de nuestras necesidades, pero si contratamos un servidor virtual, deberemos tener en cuenta el sistema operativo que ofrece este servidor que vayamos a contratar, no sea que solo admita Linux por ser un servidor “paravirtualizado”.
Si realmente tenemos necesidad de instalar diversos sistemas operativos en un servidor virtual, es probable que lo que más nos interese es la contratación de un servidor dedicado. Por el contrario, si lo vamos a utilizar solo para reubicar nuestros diferentes sitios web que tenemos esparcidos por distintos servidores o alojamientos, es probable que un servidor virtual “paravirtualizado”, nos sea suficiente, ya que es posible que todos nuestros sitios web estén alojados en servidores bajo el entorno Linux, y los precios, realmente, varían bastante.
Una vez decidido todo esto llega el momento de instalar el softrware en el servidor. Para ello disponemos de tres opciones, Microsoft, Unix y Linux. Cada una de ellas las analizaremos en próximas entradas.
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